Montaña Rusa
Esa es la impresión tras ver un partido del Dépor. Todo puede pasar. Subes, bajas,
vas a toda velocidad, te paras de repente. Quizá necesitamos un poco más de
normalidad.
Futbolísticamente no nos podemos quejar, los partidos del Dépor te dejan sin aliento,
son como esas novelas en las que pasan tantas cosas que no puedes soltar de las manos.
Esta vez le tocó al Rayo, de un viejo gran conocido, Paco Jémez, un equipo con miras
de play off y jugadores para ello y que durante la primera parte se pasearon por el
césped de Riazor sin excesivo trabajo y mucha efectividad.
Y es que en el Dépor se ha instalado la Navidad permanente, esta vez nos libramos de
los regalos de Ba, quizá los de Montero que es como Jekyll y Mr. Hyde, esta vez le tocó
al bueno de Mollejo. Uno de los jugadores bandera de este equipo y que se deja la piel.
La suerte no estuvo de su lado, y si a ello le unimos que te marcan otro gol en el saque
de centro es para cerrar la persiana y marcharnos. A más de uno le darían ganas, quizá si
fuese en otra época lo harían, pero este Dépor es capaz de todo.
El dibujo que había ideado el Míster no era el correcto. Alex superado, y sin creación
con un desparecido Aketxe. Los cambios llegaron tras el descanso, con él cambió el
sistema y también la actitud del equipo. Volvió el Dépor liderado por el gran turco y
con un sorprendente Hugo Vallejo de lateral ofensivo, un centro suyo le valió a Mollejo
para resarcirse de su fallo anterior. También Cristian Santos volvió a hacer un partido
más que digno.
Y llegó el arreón final, pudo haber pasado de todo, un penalti difícil de ver, de pitar, que
hay que repetir porque el portero se mueve unos centímetros, justo, pero normas
cabreantes, y cuando la remontada estaba al alcance de la mano, otro de nuestro
jugadores estrella, Mujaid, comete otro penalti absurdo, pero penalti.
Un punto para el zurrón, momentáneamente fuera del descenso, levantando un dos a
cero en contra, otra vez. Quizá haya que ver el vaso medio lleno.
Próximo destino Elche, un campo muy complicado, y sin Peru, espero que esta vez a
Fernando el planteamiento le salga mejor, como él decía en la rueda de prensa, ese
cincuenta por ciento no futbolístico, llamémosle azar, suerte, tiene que volver a nuestro
lado. Lo necesitamos.
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