ANÁLISIS|| Victoria, líderes y demasiado run run
No hay nada peor que las expectativas. Pasa en cualquier aspecto de la vida, cuando compras un libro, un disco, cuando vas a un restaurante, depende de las expectativas que hayas puesto será tu reacción. Con el Dépor pasa lo mismo. Nuestras expectativas son tan altas que haga lo que haga nunca nos llegará a convencer. Los viejos como yo aún creemos ver a Djalminha o Valerón en el campo, pero se han ido, seguramente para no volver.
Igual deberíamos volver la cabeza atrás, a aquel equipo de los ochenta, ese con el que yo me crie, que daba tumbos por la segunda división, ¿y si esa es nuestra realidad y no la de un equipo campeón? ¿Cuáles serían entonces nuestras expectativas, qué esperaríamos del equipo?
Pensar en pasearse en cada campo es absurdo, hoy en día cualquier te pinta la cara, en primera, segunda y segunda B.
Pero también es una realidad que el equipo no está jugando bien. No diremos que no se esfuerza, ni que no se deja la piel en el campo, pero no es capaz de circular el balón con fluidez, ni de encontrar los espacios. Ahora mismo, solo se siente a gusto atrás, donde manda con bastante firmeza, exceptuando los dos o tres errores por partido. Quizá aquí esté la mayor diferencia con la liga Smart Bank, el año pasado las dos cagadas de ayer en defensa hubieran sido dos goles, y sin embargo ayer los delanteros del Coruxo, las mandaron fuera. También es cierto que parece claro que si estos mismos hubieran jugado contra el Extremadura, nunca hubiéramos perdido, pero así es el fútbol y estamos donde estamos.
Entiendo la cara y la preocupación de Fernando. Pide un poco de paciencia, aún así llevamos diez puntos, estamos líderes, pero no jugamos al fútbol, no disfrutamos, también es nuestra responsabilidad darles la tranquilidad necesaria para que lo consigan, en el fondo, son humanos, y tienen sentimientos, y el fútbol no es solo un deporte físico, influyen muchas otras cosas.
Hay una todavía más importante para este club, la falta de público. Y por desgracia parece que, al menos, durante la primera vuelta, no va a cambiar. ¿Cómo sería jugar en Riazor delante de veinte mil espectadores? Quizá no lo sepamos. Mientras, seguiremos apoyando. El objetivo, merece mucho la pena. Ya habrá tiempo para criticar.